sábado, 11 de febrero de 2017

Invisibles

Van Gogh se escondía en el amarillo de sus Girasoles, en el azul de su Noche estrellada, en el arcoiris de sus retratos (él mismo a veces era la fuente). El deseo de invisibilidad es un sacrificio de la identidad: yo es un color. Ya en Superficies Armand había escrito sobre esa transformación. Zequeira -poeta cubano de finales del siglo XIX, para Armand una especie de anti-Martí- famosamente desaparecía al ponerse un sombrero. Entonces decía, Armand: "La oquedad era también una otredad". Una rima, una cita: con la locura, con el destierro, quizá incluso con Van Gogh.

Los cuadros de Van Gogh, el sombrero de Zequeira, el título nobiliario de Ducasse: la desaparición era una transfiguración. También una forma de exilio: de lo visible, de la cordura, del bien, incluso de lo humano. El centro no soy yo.

Hades -dios griego de los muertos- quiere decir Invisible.