Algunas de las páginas más
fascinantes de El aliento del dragón tratan sobre la
genealogía del monstruo. Entre los griegos, era monstruoso lo que fuese ajeno a la
geometría, a la idea. Para el cristiano, lo que fuese contrario al
Evangelio, a la fe. Los griegos creían en la metamorfosis y los
cristianos en la salvación.
En los mapas medievales había
monstruos y demonios. Poblaban los mares desconocidos y aun algunos
conocidos. La principal fuente de esta cartografía fantástica -dice
Armand -fue Gaius Julius Solinus, "gramático romano del siglo
III". Solino, sigue Armand, "añadió geografía al
bestiario: ubicó al monstruo en ese laberinto zoológico que era el
planeta. Soltó al Minotauro, lo multiplicó, lo disfrazó de
espejo". Lo sobrenatural estaba a la vuelta del timón, de los
mapas, de la historia y aun de la gramática.
América, incluso antes de serlo,
era una región soñada (entre otros) por Solino. Colón, al llegar a
Ornofay (posterior Camagüey), se sorprende de no encontrar hombres
"monstrudos". Los nativos le dicen, sin embargo, que los hombres de
Avan (que sería La Habana) tienen cola. Nadie quiso comprobarlo.
Para Bartolomé de Las Casas, por
una piadosa inversión de términos, los monstruos serían muy pronto
los conquistadores. Los indígenas -taínos, lucayos, caribes- eran
más bien como los animales del Nuevo Testamento. En palabras del
encomendero dominico: "Sin rencillas ni bullicios, no rijosos,
no querulosos, sin rencores, sin odios, sin desear venganzas que hay
en el mundo". Todo lo contrario, ay, a las aniquiladoras
tripulaciones españolas. América era el Génesis y el Infierno.
A partir del siglo XVI, los mapas se fueron quedando sin monstruos. Al menos, no sancionados por la teología. La sombra de Solino migró discretamente a la filosofía, a la literatura, a la política, a los mapas interiores.
A partir del siglo XVI, los mapas se fueron quedando sin monstruos. Al menos, no sancionados por la teología. La sombra de Solino migró discretamente a la filosofía, a la literatura, a la política, a los mapas interiores.