Por
Charles Tomlinson
Se
agrava la quietud. Ni una de las hojas
Del
ya en sombra, cabal y bien cumplido
Eminente
castaño, te hará caso: las mueve
La
violencia del aire, sosegado
Ahora
que el estanque junta noche y se colma
Sin
desbordar. Lo inmóvil nos congrega.
Las
apariencias que nos quita el día
Vuelven
despacio al centro de su calma.
Tu
retórica, piedra a piedra, se desmorona.
La
tierra es otra vez la tierra y, netas
contra
la azul orea, se recortan las hojas.
Adiós.
Y gracias por tu furia
Instructiva.
Hoy no es el fin del mundo:
Dobla
la no desnuda rama
El
fruto sin cortar -y nos espera.
Traducción
de Octavio Paz