Da
vértigo pensarlo: Troya era ya un mito para Homero. El aeda ¿hizo
arqueología o poesía con sus restos? No excavó: invocó, contó.
Pero tal vez la invocación y el mito son formas de excavación. La
arqueología homérica es verbal. El mítico pasado micénico era un
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que
permanecía new.
Todavía en la tragedia clásica esos héroes homéricos (y sus
familias) tienen un fulgor visceral, sombrío, aterrador. Los dioses
siguen apareciendo.
No pocos siglos después (con palas, picos y un ejemplar de La Ilíada), entró Heinrich Schliemann. Primero en Hisarlik y luego en Micenas, creyó encontrar los restos de
sus héroes: las tumbas, joyas, puñales y esqueletos de átridas y troyanos, pero ¿eran suyos? No importa. Sus descubrimientos le
dieron a Arthur Evans para llegar a Cnossos, que es como decir
al laberinto.